Pues que le han impuesto una multa de 100.000 Pesetas. Y eso, antes y ahora, es un pico.
Regla número uno del buen golpista: ser optimista. Creer en la victoria, sean cual sean los recursos. Arrimar el hombro, aunque este sea noble.
Este debió ser el pecado de la Marquesa de Casa Padilla. En los primeros días del movimiento salvador de España (bonito eufemismo para golpe de Estado) se dedicó a propagar noticias ‘falsas’ y alarmistas.
Al menos este es el delito del que la encontró culpable la autoridad militar de Córdoba en Agosto de 1936. (1)
Me imagino a la mujer, comentando a sus amigas, entre rosario y rosario, que ha oído en la radio que todas las capitales importantes han quedado del otro lado, que la producción industrial también está en la zona leal, que las columnas de Mola se han quedado atascadas en Somosierra, etc.
¡Si es que con gente así no hay forma de ganar una guerra! Lo suyo es fiarse de Queipo. Ese sí que sabe.
Una de las pruebas de cargo fue una radio que ‘solo’ recogía las noticias de Madrid (la tecnología de entonces ya estaba más avanzada que la de ahora). Ante hecho tan acusatorio, solo queda pagar.
(1) ABC de Sevilla Jueves 20 Agosto de 1936
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