Con el fracaso del golpe de Estado, los partidos y sindicatos se organizaron para defender a la República, creando sus milicias.
Con la disolución del Ejercito se desecho todo lo que él implicaba; como el uniforme.
Lo apropiado era el mono azul de trabajo de los obreros, que pasó a convertirse en uniforme oficioso de las recién formadas milicias.
Todos lo vestían: milicianos, jefes, ayudantes...... e incluso el Presidente del Gobierno, Largo Caballero.
En sus visitas a las posiciones de la Sierra o Toledo se le podía ver vestido como un miliciano más, con su mono y sombrero de tela. Atrás quedaba el traje.
Por esto se ganó el apodo de 'El pavero', porque más que un miliciano parecía un vendedor de pavos.
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