Tras el Golpe de Casado en Marzo
de 1937 la zona republicana se preparaba para la rendición. En Madrid los
grupos de la Quinta Columna estaban cada vez más activos. A finales de mes, y
coincidiendo con el anuncio de Ofensiva Final, empezaron a hacerse con el poder
de los puntos neurálgicos de la capital para evitar su destrucción.
Así, en la noche del 28 un grupo
de unos 20 falangistas se apoderaron del Ministerio de Hacienda. Los
miembros de seguridad que quedaban no opusieron resistencia; aunque se
mantuvieron en sus puestos, junto con algunos funcionarios, hasta la entrega
del poder a las nuevas autoridades militares.
Entre ellos estaba D. Julián
Besteiro.
El jefe del grupo de falangistas se
llamaba Ángel Luque, y nada más
encontrarse con Besteiro le dijo levantando el brazo derecho:
- ¿No ha aprendido
usted el saludo de la Nueva España?
- No señor - respondió Besteiro - y lo que es peor, ya a mis años, me temo que
me va a costar mucho aprenderlo
Sin duda, Don Julián era mucho
Don Julián.
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La Guerra Civil
rompió familias. Lucharon hermanos contra hermanos. Padres contra hijos.
Lo hemos oído
tantas veces que suena a tópico, pero es bien real. Tal vez uno de los ejemplos
más destacados es el del General Francisco del Rosal Rico.
Se mantuvo leal a
la República y en los primeros días organizó una columna de milicianos anarquistas
que llevaba su nombre, la Columna Del Rosal, y que operó en el frente de
Somosierra.
Fue el único de la familia que
se mantuvo fiel. Su hermano Antonio y sus hijos simpatizarían con
el bando sublevado.
Antonio se unió
al Ejercito Nacional, donde también alcanzó el grado de General. Su hijo (Antonio
del Rosal y López de Vinuesa, Teniente de Complemento del Ejercito) era
falangista y se quedó en Madrid, donde participó en actividades de la Quinta
Columna hasta que fue detenido en Marzo de 1937. Poco después, en Septiembre sería
fusilado junto con otros 12 compañeros de organización. Su hija Concepción fue
detenida por ‘desafección a la República’ y encarcelada junto a su
marido, Antonio Amaya, en una checa, donde él sería también fusilado.
Así fue la
guerra. Cruel.
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